Proyecto el código si suena

«El Código sí suena»: iniciativa ciudadana sobre el Código de las Familias

51 personas dentro y fuera de Cuba leen el anteproyecto de más de 500 artículos distribuidos en unas 130 páginas.

«Seis horas y 29 minutos de voces cristalinas leyendo las palabras más difíciles del mundo». Así presenta este proyecto la periodista Yuliet Pérez Calaña, conocida como Yuliet PC o La Yuli de Cuba. Su iniciativa, junto al fotoperiodista Claudio Peláez Sordo, fue crear una versión en audio del Código de las Familias que se discute actualmente en los barrios cubanos. 

El proyecto de ley será sometido a referéndum popular en una fecha próxima, aún sin precisar. Por el momento, la propuesta ha despertado sensibilidades a favor y en contra, en tales proporciones, que indican duda acerca del resultado que podría tener la consulta.  

«El Código Sí Suena» es una iniciativa ciudadana en la que 51 personas, dentro y fuera de Cuba, se encargaron de la lectura del documento, un anteproyecto de más de 500 artículos distribuidos en unas 130 páginas. La idea busca facilitar el acceso a contenidos de difícil comprensión en algunos aspectos, debido al lenguaje jurídico y la inclusión de nuevos conceptos, ajenos hasta ahora a la cultura jurídica habitual en Cuba. 

«También lo pensamos para personas débiles visuales o con dificultades en general para la lectura. Queremos preparar una lectura en lenguaje de señas, para seguir ampliando su alcance», añade Claudio.

El texto, que refrenda en plural la existencia en Cuba de múltiples tipos de familias (no solo la biparental heteronormativa que sectores religiosos conservadores insisten en afirmar como la «familia original», canónica), resulta complejo para su interpretación popular y debate. 

Desde hace meses, en los barrios se reúnen los vecinos para discutir su contenido, pero a una parte de la sociedad civil, incluidos los activistas y afines al creciente movimiento LGBTIQ en Cuba, consideran que muchas veces estas discusiones no se realizan después de una lectura consciente, sino a partir de prejuicios y valoraciones superficiales o poco argumentadas.

Claudio considera que «en el ámbito público se están librando debates muy influidos por lo ideológico o lo religioso; cuando se trata de un Código revolucionario por los conceptos que introduce. Nos propusimos hacerlo más accesible y mejor conocido como parte de un ejercicio ciudadano y como forma de adquirir cada vez más cultura jurídica, de la que tanto carecemos en Cuba». 

Diversas lecturas y lectores

La iniciativa de Yuliet PC y Claudio Pelaez, trata de contrarrestar el déficit de lectura ofreciendo un formato más amigable para el acercamiento al texto. 

Los lectores del Código que «sí suena» son, efectivamente, tan diversos como las familias que se propone contemplar la que se considera ya la norma más avanzada del derecho cubano: jóvenes, adultos mayores, blancos, negros, de sexo y género diversos; con timbres de voz, cadencia y tonos distintos, entre lo coloquial y lo formal. Algunos grabaron en estudios profesionales; otros en una habitación de su casa.

«Esto fue un ensayo del país que queremos», apuntó Yuliet en su publicación en Facebook, donde la siguen más de 11 mil personas. «Todos y todas han puesto la belleza de sus voces. Es un ejercicio del país que queremos y soñamos: voces diversas en una lectura colectiva», agrega Claudio.

El proyecto se encuentra en fase de terminación, después de conseguir reunir y editar las lecturas en tiempo récord (la convocatoria se lanzó el 7 de febrero). «La respuesta fue inmediata: en apenas 72 horas ya todas las personas estaban leyendo su fragmento de texto», cuenta el fotoperiodista.

Pronto el archivo estará disponible en distintas plataformas de audio y para copiarse directamente en una memoria flash. El medio centenar de lectores participantes también se ocupará de llevar adelante iniciativas para su distribución.

Una vez que lo pongan en circulación, se proponen ir más allá y continuar la discusión del Código a través de las redes sociales «con palabras comunes, con historias de la vida real, (…) para que todos podamos formarnos un criterio propio».

La coordinación del trabajo de tantas personas fue posible gracias a un grupo de WhatsApp llamado «el Código sí suena», la etiqueta que identifica esta campaña. La especie de audiolibro que ha resultado lo musicalizaron con piezas de Ernesto Lecuona. «Bien cubano», anota Yuliet. 

El audio, un formato flexible 

Desde noviembre de 2021, cuando se publicó la última versión del documento, se desató una campaña en contra de determinados postulados de la nueva ley. Grupos religiosos han atacado el matrimonio igualitario e incluso manipulado el significado de determinadas normas; por ejemplo, las relacionadas con los menores de edad. 

«Muchos se quedaban con versiones instrumentalizadas sobre el documento, especialmente de fundamentalistas religiosos», comenta Yuliet. Durante meses muchos han permanecido frente a estas campañas sin suficientes recursos alternativos para comprender qué propone realmente el Código y qué representan estas propuestas a nivel individual y para la sociedad cubana.

En los debates barriales se percibía desconocimiento del texto, cuya extensión y complejidad hacen que no todos puedan o deseen leerlo; además de la insuficiente disponibilidad de copias impresas. «Se nos ocurrió que una buena manera de hacerlo accesible era que la gente lo pudiera conocer mientras estuviera haciendo otra cosa; para esto el audio es lo ideal».

Es, además, un formato amigable, económico y de fácil distribución. 

Lo que se escucha es el texto íntegro e inalterado del documento, leído por 51 personas distintas. Participaron profesionales de la radio y la televisión cubanas, algunos muy conocidos, como Agnes Becerra, Marino Luzardo, Yisel Filiú y Bárbara Sánchez Novoa. También hay profesionales que están comenzando; locutores, periodistas de varias provincias y personas no vinculadas con los medios de comunicación. El único requisito de la convocatoria fue que tuvieran buena dicción y fluidez en la lectura. 

Punto de partida hacia una discusión más elaborada

Son más de seis horas de escucha de un texto jurídico extenso. Amplía de hecho las opciones de acceso; sin embargo, sus creadores lo consideran un punto de partida. «Lo más importante de esta lectura colectiva es cómo nos ha permitido reunirnos en función de promover el contenido del Código». Para continuar comunicándolo, crearán espacios en las redes sociales para ponerlo a circular  en fragmentos comentados, «traducido» a un lenguaje más llano y simple que permita dejar claro cuáles son las diferencias con el Código de Familia actual, vigente desde 1975, y qué ventajas representan los cambios esenciales que introduce.  

Parte de los lectores de la iniciaativa se han convertido en una comunidad de aprendices y promotores de cultura jurídica. «Compartimos enlaces de manipulaciones; vamos allá y aclaramos. Ha surgido una dinámica de amistad entre nosotros. Hacemos vida diaria en el grupo», cuenta Yuliet. 

«El próximo paso —anuncia Claudio— es explicar de qué va cada artículo, mover información sobre contenidos específicos. Queremos que no se vote desde consignas ni desde un entusiasmo contagiado, sino desde el conocimiento y la información. Este Código puede cambiar muchas cosas y hacer nuestra realidad mucho más justa y humana».

Puedes descargar el anteproyecto de Código de las Familias aquí.

Matria

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