Por motivo de su cumpleaños número 3, la llevamos, su padre y yo, a comprar algún juguete.
No queríamos que fuera una sorpresa. Queríamos que ella se sintiera libre de elegir con qué quería jugar.
Luego de recorrer varias jugueterías, llegamos a una en la calle Obispo. Había cola, así que tuvimos que esperar. Mientras tanto, en la vitrina exterior se exhibían los juguetes y a mi hija le dio tiempo a decidirse por uno.
Entramos y ella fue directo a la caja de herramientas enorme que había visto fuera.
Mi hija siempre ha sido muy desenvuelta, gracias a la libertad para expresarse que siempre le hemos dado. En mi casa ella tiene voz, aunque no siempre voto porque, evidentemente, no puede decidir si se toma una medicina o no, por ejemplo, pero sí qué ropa se quiere poner. Hemos logrado que se exprese con libertad en cuanto a gustos, emociones y preferencias.
Entonces, la dependienta le preguntó a mi hija qué quería. «Las herramientas», le dijo. La muchacha, descolocada, le sugirió una muñeca porque «¿Una niña pidiendo herramientas? ¿No prefieres está muñeca tan linda?».
Su padre y yo, queriendo intervenir, preferimos en ese momento darle espacio y dejarla a ver qué pasaba. Mi hija, decidida, le dijo: «No, yo quiero las herramientas porque en mi casa no me dejan tocar las de verdad».
La dependienta nos miró, abrió los ojos y preguntó: «¿Seguros?». «Sí, claro. Es ella la que decide», le dije. Pagamos y nos fuimos.
No me voy a detener en lo atrevido que me parece cuestionar a la infancia. Esto no va de eso. Esto va de estereotipos. Esto va para las familias que siguen pensando que hay «juguetes para niñas» y «juguetes para niños». No, los juguetes no tienen género. Los adultxs tenemos prejuicios.
Creo que hay tres preguntas importantes que debemos hacernos en situaciones como esta: ¿Qué quiero inculcarle a mi hijx sobre lo que es capaz de hacer, crear o soñar? ¿De qué tenemos miedo cuando vemos a un niño jugar con muñecas? ¿De qué tenemos miedo cuando vemos a una niña elegir una caja de herramientas?
A mí me da más miedo que sean ladrones, maltratadores, y tantas otras cosas. Pero ninguna tiene que ver con los juguetes que utilizan.