¿Quiénes son protagonistas en la crianza?

No, la crianza respetuosa no hace adultos más débiles. Si crees esto, la miras desde tu resistencia al cambio y desde el miedo a perder el control.

¿Hay límites en la crianza respetuosa? Claro que sí. Pero esos límites van de la mano de la lógica, la paciencia, el respeto, el ejemplo, la constancia y se alejan del autoritarismo. Corregimos, sí. Les decimos que no, también, sin los «porque yo lo digo y punto».

¿Qué queremos que aprendan nuestras niñas, niños y adolescentes? ¿Queremos que digan que sí por miedo? ¿Queremos que aprendan que cualquiera puede irrespetarlos porque así se sintieron en casa? ¿Es un niño más vulnerable por no entender cómo se siente y no saber pedir ayuda porque mostrar sus emociones «es de niña», o por contar con validación en casa y estar seguro de sí mismo?

No podemos exigirles respeto cuando no los respetamos. Eso es obediencia sin objeción. No podemos hablar de proteger la infancia cuando les negamos las herramientas para que sean independientes cuando no estén con nosotros. No es su beneficio lo que buscan, sino su control.

Creemos en la crianza respetuosa no solo porque funciona, también porque las niñas, niños y adolescentes merecen crecer siendo respetados, escuchados y validados. Merecen que los tratemos como IGUALES.

Hay que empezar a mirar quiénes son protagonistas en la crianza; que, adelanto, no somos los adultos. Entender que no son nuestros, pero sí nuestra responsabilidad. Como tampoco les pertenecemos, pero tienen que saber que siempre podrán contar con nosotros.

Nuestras frustraciones, miedos, agobios, anhelos o expectativas, no deben frenar su desarrollo ni condicionar su recorrido en la vida. Debemos entender que no han venido a hacernos felices, sino a serlo.