Mi nombre es Yelieen y soy una mujer trans de 33 años de edad. Desde la adolescencia supe que algo en mí era diferente y luego de que mis padres me hicieran «pasear» por cuantos psiquiatras infantiles pudieron, entendimos que las cosas no cambiarían con medicamentos ni terapias.
Intenté de todo para convencerme de lo que me gustaba realmente, hasta que una tarde, con 14 años, tuve delante por primera vez a una mujer transexual, y lo entendí todo.
Entonces decidí hablarles bien «clarito» a mis padres. Fue una gran sorpresa para mí cuando escuché: «Ya lo sabíamos» y una tranquilidad enorme que ellos, las personas que más amo, me apoyaran… algo que creía imposible. Solo me pidieron que terminara mis estudios universitarios.
Hace varios años vivo como una mujer trans con mi familia, que se compone por mis padres, mi pareja y yo. Soy la doctora que ellos soñaron, casi especialista en Psiquiatría y me considero muy feliz porque todos mis familiares, amigos y conocidos reconocen en mí la mujer que soy. Sueño con poder casarme muy pronto y seguir construyendo esa Cuba inclusiva que nos merecemos.
