Cuerpo, erotismo, familia, política, emprendimientos, leyes, arte… Son ámbitos en los cuales Matria, nuestro servicio de comunicación con enfoque de género, ha puesto atención a lo largo del último año. No ha sido, por demás, uno cualquiera: el primer año del espacio ha coincidido con una crisis sanitaria mundial y una severa precarización de las condiciones de vida en Cuba, con efectos específicos sobre la vida de las mujeres.
Comenzamos, precisamente, con la afirmación de que las mujeres no podíamos ser amortiguadoras de la crisis, cuando la COVID-19 había comenzado a exhibir desigualdades preexistentes y generar otras nuevas.
Denunciamos que, durante los períodos de confinamiento, mujeres cubanas cuyos hogares no eran seguros para ellas no tendrían dónde refugiarse de la violencia doméstica. Revisamos además qué obstáculos podrían encontrar en el acceso a la justicia penal.
Hemos hablado de racismo, diversidad sexual, envejecimiento, cuidados especiales. Supimos de hombres que «se embarazan» y contamos cómo participan de crianzas a cuatro manos, al encarnar muy naturalmente un modelo de masculinidad distinto al que dicta la tradición.
Contamos la historia del primer bebé registrado en Cuba como hijo de dos madres; participamos en el debate encendido que provocó una telenovela cubana sobre el aborto; hemos tratado de comprender y explicar las diferencias entre seducción y acoso; las tensiones entre amor, poder y libertad. Hemos hablado de la vida y de la muerte.
Nos acercamos a la mejor clavadista de Cuba, prácticamente una niña, y a la espectacular show-woman que se cambia de ropa hasta once veces en apenas segundos, sin dejar de ser ella misma.
Revivimos junto a una gran artista su camino interno hacia el amor propio, y hemos acompañado a una joven mujer en su segunda maternidad, en medio de la tormenta que es una pandemia global. Propusimos un catálogo distinto de regalos para niñas.
¿Por qué? Como las razones son tantas, usando como pretexto el año acumulado, las acotamos en doce, una por mes trabajado:
1. PORQUE SÍ
Aunque a la generación que creció con Castillo Rá-Tim-Bum nos acompañe el mantra de que esa no es una respuesta, escribimos sobre género primero porque sí, porque nos asiste el derecho y queremos gozar de él. Porque a esta altura hemos arrastrado suficientes no y se nos ha exigido demasiadas explicaciones.
2. PORQUE SOMOS MUCHAS, PERO ESTAMOS MAL O SUBREPRESENTADAS, MAL O SUBNARRADAS
Las mujeres somos la mitad de la población mundial. Pero no ocupamos, ni mucho menos, la mitad de los foros donde se deciden los destinos colectivos; no somos la mitad de los propietarios ni de los poderosos.
Tanto de científicos como de pintores en la historia, conocemos sobre todo nombres masculinos. Todavía no se toman en cuenta nuestras características particulares para diseñar automóviles, por ejemplo, ni algunos medicamentos. Queremos mirarnos y encontrarnos en todos los espejos.
3. PORQUE ES POLÍTICO
Persisten en Cuba conservadurismos seculares que pugnan con fuerza por intereses que no solo impedirían el progreso de libertades y oportunidades, sino que nos harían retroceder. Necesitamos preservar el derecho a la autonomía del cuerpo, y rechazar toda forma de violencia, incluida la obstétrica.
La realidad de las mujeres y las minorías en Cuba no está en una burbuja. Deseamos integrarnos al debate regional sobre violencia de género en todas sus expresiones. Necesitamos una ley integral contra la violencia de género y un Código de Familia inclusivo y feminista.
4. PORQUE RECLAMAMOS EQUIDAD
El peso del trabajo doméstico y de los cuidados no remunerados nos sigue sobrecargando a las mujeres en edad laboral. Las estadísticas, sin embargo, no consideran estos casos dentro de la población económicamente activa.
Existe una brecha salarial dada porque las mujeres tienen mayor presencia en los sectores de la economía con menor remuneración. En el sector no estatal estamos subrepresentadas, y en el privado en específico solemos ser empleadas y no dueñas de negocios.
No somos ni buscamos ser iguales a los hombres, la igualdad a la que aspiramos supone respeto a la diversidad, oportunidades justas y ajustadas a las diferencias.
5. PORQUE INFORMACIÓN ES PODER
Y es libertad. Queremos encontrar, crear y compartir conocimiento. Tenemos derecho a tener opciones, queremos conocer más de una ruta única, más de un camino posible, de un arquetipo de mujer.
Necesitamos saber cuáles son nuestros derechos para estar en condiciones de exigirlos. Al acumular saberes nos hacemos el camino más fácil y podemos comprender mejor lo que pasa con nosotras y a nuestro alrededor.
6. PORQUE QUEREMOS SABER
Compartimos la creciente demanda de información sobre género en Cuba. La expansión de medios de comunicación digitales y el acceso a Internet han multiplicado los contenidos de todo tipo y también han hecho aún más visibles los vacíos de información. Necesitamos datos duros, información con base científica.
7. PORQUE NOS INSPIRA
Queremos conocer historias de mujeres en Cuba y la región, y aprender de ellas, celebrarlas si es el caso. Queremos saber qué hacen, cómo, por qué; sistematizar sus experiencias; convertirnos en eco de voces diversas. La historia de una tiene valor para todas. Escribimos sobre género para tejer redes, para amplificar nuestro impacto.
8. PORQUE ESTAMOS APRENDIENDO
Y así como dibujando se aprende a mirar, escribiendo se aprende a pensar. Dudamos, cuestionamos. Nos planteamos preguntas, difíciles y fáciles. No tenemos más certeza que la búsqueda. Queremos aprender.
9. PORQUE ES UNA DEUDA
Con mi madre, mi abuela, mis tías. Con las tuyas. Con las de ellas. Con las que criaron a los próceres de nuestros libros de Historia y de nuestros billetes. Las que pusieron los botones de todos los uniformes de los gloriosos ejércitos que liberaron (o expandieron) las naciones del mundo; sirvieron té mientras se firmaban tratados importantes; limpiaron los salones donde los varones escribían las leyes que iban a regir la vida de todos.
10. PORQUE HAY NIÑAS Y NIÑOS CRECIENDO
Y necesitan referentes. Queremos poner una piedra para construir algo mejor para ellos. Proteger los derechos que tienen y trabajar para que gocen de los que nos faltan. Que las niñas crezcan en ambientes seguros y puedan ser las mujeres que merecen ser y que deseen ser.
Que los niños puedan convivir con ese crecimiento a medida que maduran, que encarnen masculinidades que tampoco a ellos los opriman. Que las minorías tengan desde temprano mejores recursos para desplegar su ser.
11. PORQUE QUEREMOS DIALOGAR
No hay una guerra de sexos ni de géneros. Existen desigualdades demostradas con base en el sexo y el género, que son injustas y tienen un precio muy alto para quienes padecen el desbalance. Gestionamos debates, intercambio a partir de esa realidad.
Hablar de mujeres y minorías no es un acto de exclusión contra hombre, blanco o heterosexual alguno. La defensa no debe interpretarse como ataque. Vivimos en familia y en sociedad: necesitamos construir consensos.
12. PORQUE POR QUÉ NO
Es obvio que la lista de razones sobrepasa estos escasos doce puntos. Pero lo que cuenta es que no existe, eso sí, un solo motivo justo para no hacerlo, para no apropiarnos de una voz como mujeres, modelarla y usarla en favor de la equidad.